Cαριтυlσ Diez.



Al otro día me levanto más temprano de lo habitual, me costó coger el sueño en la noche y ahora voy y me despierto a las seis de la mañana. Pero de verdad que no puedo dormir, así que decidido levantarme y sacar la ropa que me pondré para ir al instituto, saco el trabajo recordando que olvide poner mi nombre en el trabajo de Biología.

 Pongo el mío y dudo en si poner el de Justin. Pero sé que si no lo pongo, él se enfadará mucho conmigo y es posible que al profesor no le valga. Así que lo pongo. Justin Bieber. Con la mejor letra que puedo. Y si, sé que en realidad estoy poniéndome excusas.

Me ducho y decido no plancharme el pelo, hoy no tengo ganas, así que me lo dejo ondulado, más bien casi rizado, parezco un león, y encima hay gente que me dice que mi pelo es precioso así y que lo envidian. Eso porque no lo tienen ellos.

 Me voy a la cocina pues tengo hambre y me preparo el desayuno que me llevaré al colegio y cuando saco algo más para comérmelo ahora, aparece mi padre por la puerta, con la misma ropa de ayer y oliendo algo mal.

- ¿Qué haces levantada a este hora?- me pregunta-

- En realidad ya son las siete, tendría que estar recién levantada pero me desperté hace una hora y vine a desayunar

- ¿Es que no me entendiste anoche? Mira, ______, sé que es triste y duro y aunque tu madre quiera fingir que no pasa nada, sabemos que no es así. Estamos mal.

- Lo se papa, sé que estáis en el paro… solo vine a desayunar- digo con lágrimas en los ojos-

- Cariño, no quiero hacerte sentir mal- dice y se me acerca para abrazarme- pero de verdad que estamos mal. Ahora hay que ahorrar todo lo posible, ¿entiendes?

- No mucho. Hasta hace unos días íbamos… bien dentro de lo que cabe- digo haciendo una mueca-

- Lo se. Pero es que… ahora no cobraremos el paro- murmura-

- ¿Qué? ¿Cómo que no?- pregunto alterándome-

- Si. Ya sabes como están con las reformas y todo eso. Me han quitado el paro, ahora solo lo cobra tu madre y ya sabes que es muy poco. Solo son ochocientos euros, y hay que pagar el piso, la luz, gas, Internet, los móviles, y sobre todo la comida. Y ya sabes que en el piso ya se van unos seiscientos- me quedo a cuadros-

- Puedo… bueno podemos quitar el Internet de casa y dar de baja a mi móvil. - digo reprimiendo las ganas de llorar-

- Cariño… no quiero que tu tengas que hacer sacrificios. Ni siquiera debería contarte esto. Tu madre se va a enfadar.

- Puedo hacer como si no supiese nada. Quiero ayudar en todo lo que pueda papa- él me aparta una lagrima y yo me maldigo por dentro-

- Sé que quieres. Pero esto hay que hablarlo con calma. Anda, desayuna y márchate, me daré una ducha, que apesto- dice riendo con tensión-

- Se me ha quitado el hambre, mejor me voy a clases- le doy un beso en la mejilla y cojo mi mochila para irme- adiós- le digo antes de cerrar la puerta-

Me derrumbo contra la puerta, esto no puede estar pasando. No a nosotros. ¿De verdad la vida es tan injusta? Hay algunos que lo tienen todo y nosotros que no le hacemos ninguna maldad a nadie… mira lo que nos pasa.

 Me pongo la música lo más alto que puedo, no quiero escuchar nada ni a nadie. Ni siquiera tengo ganas de ir a clases a ver como las chicas hablan de la paga que le dieron sus padres y los planes que tienen con ella.

Comienza a sonar a Adele, ¡es lo que me faltaba! aunque no entiendo la letra de algunas de sus canciones, pues mi inglés no es el mejor , sus melodías me ponen melancólicas.

 Cuando estoy llegando al instituto me desvío al pequeño parque que hay cerca, y me siento allí un buen rato.

Escucho el timbre sonar desde aquí, eso quiere decir que ya comenzaron las clases. Pero no quiero ir. No me quiero levantar de aquí. Sé que estoy sonrojada y mis ojos estan rojos, pues no he podido evitar llorar. Por suerte, nadie ha parecido verme. A esta hora no suele a ver nadie en el parque.
Pienso en las palabras de mi padre, en lo nerviosa que he notado a mi madre. ¿Cómo no me he dado cuenta? Con razón él casi no ha estado en casa, lo mas posible es que estuviera  desesperado buscando trabajo, lo imagino humillado hiendo de aquí para allá, esperando a que alguien le contrate y todas aquellas veces que le rechazan se queda sentado solo en un banco, intentando ser fuerte, así como yo ahora.

 Escondo la cara entre mis rodillas y vuelvo a sollozar.

- ___*- escucho que me llaman por mi apodo con suavidad y lo siento cerca- ¿Qué pasa, hermosa?- me pregunta esa voz que se me hace tan familiar-

 Levanto la cabeza. Y no me creo que sea él.






 










Cαριтυlσ Nυєνє.



Me pongo lo más guapa posible sin saber porque. Vale, lo se. He quedado con Justin en mi casa, a la cinco. Y faltan solo cinco minutos.

En cuanto llegué a casa le avise a mi madre que el chico que me vino a traer en moto aquel día(pues no os imagináis como se puso cuando me vio subida a aquella moto) volvería para hacer un trabajo. Mi madre entendió que quería privacidad con él y se fue no sin antes guiñarme un ojo.

Es extraño, lo se. Pero mi madre es de las que se piensan que para que la hija ande fuera por ahí a saber haciendo qué en lugares públicos. Mejor que lo haga en casa. Y sé que ella se piensa que yo tengo algo con él, sobretodo por lo sonrojada que entre a casa cuando él me dejo en el portal.

 Bueno, el caso es que tengo la casa para mi sola. Aunque no es muy grande, es bonita y acogedora. Mi madre tiene buen gusto para la decoración. A fin de cuentas se dedicaba a eso. Y mi padre en la construcción. Pero en fin, ahora ninguno de los dos tiene trabajo.
Me siento en el sofá y miro la hora por décima vez. Ya llega diez minutos tarde. Es de esperar que no sea muy puntual.

 Me paseo por la casa buscando que hacer. Ya ha pasado media hora. Ya veras cuando llegue… Pero no llega. Comienzo a mirar algunas cosas sobre el trabajo. Y cuando miro la hora nuevamente me doy cuenta que ya han pasado dos horas. Y que Justin simplemente me dijo que si vendría para librarse de mi y para que no siguiera atosigándolo delante de sus amigos.

Y me siento tan avergonzada que me entran ganas de llorar. Me tiro en el sofá. Quizás sea una exageración. Pero siento rabia e impotencia. Pero sobre todo vergüenza. Soy una ilusa. Una completa tonta. ¿Cómo pude pensar que vendría? ¿a él que le van a importar los estudios o… yo?

Puede que exagere. A fin de cuentas no es como si hubiera planeado una cita. Pero me jode ver lo poco que le importa todo. Y lo fácil que me toma el pelo. Yo, como una tonta ingenua voy y le creo.

 Me aparto una lágrima que sale, ¿Cómo puedo llorar por una tontería así? Tendría que habérmelo imaginado. Joder, ¡es que me había hecho ilusiones! Quería estudiar con él, tenerlo cerca, ofrecerle algo de comer y comer juntos, que me besara sin esperármelo, como últimamente hace. Que pasará su tarde junto a mi. Soy tan patética, ¿lo he dicho ya?. Siempre me atraen los gilipollas.

Comienzo a hacer el trabajo yo sola, no puedo suspender por su culpa.

 Llevo unas dos horas haciéndolo y estoy realmente cansada, ¡es mucho para mi sola! pero estoy decidida a terminarlo.

 Hago una pausa para cenar y justo en ese momento llegan mis padres. Mi padre mira alrededor buscando a Justin, supongo.

- ¿Y el amigo tuyo?- me pregunta-

- Ya se ha ido- susurro- tenía que irse pronto, ya que esta castigado- pongo como excusa.-

 Vaya mentira.

- Así que es de los que hay que estar castigando eh- dice mi padre mientras busca el futbol en la tele-

- Bueno, como todos. No es nada del otro mundo- le defiendo-

- Si tu lo dices… ¿Qué estas comiendo?

- Nada, me he preparado un bocadillo, ¿quieres?- le ofrezco-

- No. ¿Esa mierda vas a cenar?

- Si. Es lo único que hay- digo molesta, odio que me quieran controlar en la comida-

- ¿Cómo que no hay nada? el sábado fui a la compra con tu madre… mirad a ver si os controláis más, que andamos muy justos y lo sabes ______- me dice seriamente-

- Pero, ¿a mi que me cuentas? Si soy la que menos come en esta casa- le digo poniéndome delante de él- ¿o es que no me ves? ¡he rebajado seis kilos!- exclamo molesta.-

 Él simplemente me mira. Se levanta del sofá y se va de casa dando un portazo, yo miro a mi madre incrédula- pero, ¿Qué le pasa?

 - Nada, esta de mal humor. No le hagas caso, ya sabes que le entran sus momentos- me dice fingiendo tranquilidad-

- Mama, pero él nunca me habla así- digo cruzándome de brazos-

- Hija, todo el mundo tiene un mal día ¿si? Mejor sigue estudiando- me dice borde-

Yo la miré sorprendida. Pero, ¿Qué le pasa a esta gente hoy conmigo? ¿Qué he hecho? Puede que no sea para tanto. Pero la forma en la que me miro mi padre y se fue dando un portazo y el hecho de que mi madre no dijera nada al respeto, me hace pensar que algo va mal. Muy mal como para decirle a su hija que dejará de comer porque no hay dinero ni siquiera para eso.

Me marché a mi habitación corriendo. No puede ser que de verdad la cosa este tan mal. Y yo pensando en tonterías de chicos cuando en mi casa no hay dinero ni para comer. No entiendo el porque, quiero decir, no estábamos bien, pero tampoco tan mal. Ya que hemos estado cobrando el paro, gracias a Dios los dos. Y si… . No, mejor dejo mis paranoias y hago caso a mama. Un mal día y ya.
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Nananana(8)
Pues aquí esta el capitulo 9, hay algo que no me puedo creer, no llevo ni una semana con el blog, y ya tengo 696 visitas! Flipo enserio. Es más, al día, me suben 100 visitas y yo en plan: njdnjdwna imposible :O ocno ._.
Ahora enserio, es impresionante que cada día me suban 100 visitas, es tan... tan.. ncjdsnla *-*
Tengo que admitir, que Justin en esta novela, es un poco cabrón, bueno, un poco no, muy cabrón, pero darle tiempo al chaval, pobre jajajja.
Soy un caso, enserio, el viernes tengo examen de orientación e iniciación profesional, en este tema, hemos dado la economía y las empresas(una mierda, i know) y hoy quería prepararme el examen para sacarlo con buena nota, llego a casa y le digo a mi madre mama, quieres que te enseñe todo lo que me tengo que estudiar? y me hace vale, voy yo to' chula a por el libro y a que no sabéis que?? me lo dejé en la taquilla! Soy un puto caso enserio, offú.
Total, se que eso no os importa, pero bué, comentarme aunque sea un ''siguiente'' y graaacias por vuestros comeeentarios.
Os quuuuuiero.




 

Cαριтυlσ Ocho.



El resto del día pasa normal, aburrimiento total, como siempre. Y Justin que normalmente suele aparecer a las últimas tres clases no ha venido. Es como si supiese que tiene que hablar conmigo sobre el trabajo, pues a pesar de todo él sabía perfectamente bien que el trabajo es para hoy. Pues si lo que espera es librarse de mi, va listo.

Espero con ansias la hora en la que suene el timbre indicando el fin de clase por hoy, me la he pasado planeando que decirle. Y ya sé que no es normal. Pero no he podido evitarlo, mi mente viaja al momento en el que lo veré en el parque que hay cerca del instituto rodeado de sus amiguitos los machotes y la forma chulesca en la que tenía pensando acercarme y decirle que si o si quedaríamos esta tarde para hacer el trabajo.

 Vale. Pues mi plan al traste. Porque en cuanto lo veo a lo lejos sentado en un banco y riendo por alguna gilipollez que habrá dicho uno de sus amigos, se me fue la valentía.

 El corazón comenzó a latirme a mil por hora. Y quizás él lo escuchó, porque su mirada se posó en mi. Pero en seguida volvió a prestar atención a sus amigos y cogió el porro que le ofreció uno de ellos.

- Lore, ¿me acompañas a hablar con Justin? Me da cosa ir sola- le digo haciendo una mueca, ella mira hacia donde esta él-

- Vale. Vamos, ¿Qué es lo que le tienes que decir? ¿es por el trabajo?

- Si. No pienso suspender. Estamos a finales del segundo trimestre, y no quiero tener nada pendiente que aprobar para la última.

- Ya, si no luego es más difícil la última.

 - Exacto. Y si a Justin le da igual, a mi no- digo tajante-

Me paro enfrente de él tomada del brazo de Lorena, pues me da más seguridad tener un apoyo entre aquella manada de gilipollas.

Sus amigos me miran con curiosidad, lo veo lógico pues no me conocen de nada, salvo uno que me sonríe, parece recodarme de aquel botellón en la que fui una “forever alone” por completo. Forever Alone. Cuantas payasadas se les ocurre a la gente, de verdad. Lo peor es que voy yo y las repito.
Justin me mira con interrogación y se levanta del banco quedando a más altura que yo, al menos una cabeza más. Vaya, sentía más seguridad cuando él estaba sentado y yo parecía ser la fuerte.

Él da una calada al porro y expulsa el humo en mi cara. Sí, en mi cara. Comienzo a toser con fuerza y los que están alrededor incluido él se ríen de mi. Cuanta impotencia. Me dieron ganas de pegarle una hostia que le hubiera dejado marcado de por vida. Pero, ¿Por qué es tan gilipollas?
- Oye- le grita Lorena- no te pases- le dice molesta-

 - Vaya pececito, ahora tienes defensora- dice burlón- pensé que podías sola- yo le miro con rabia mientras reprimo las ganas de llorar al escuchar las burlas detrás-

- Eres idiota- le digo molesta y sus amigos hacen un “uh” patético. Justin no dice nada solo sonríe de forma maliciosa y vuelve a dar otra calada para tirarme el humo en la cara provocando que vuelva a toser- ¡para ya, joder!- y le empujo, pero el apenas se mueve-

- Ten cuidadito como me hablas, niña- me dice de forma amenazadora-

- Mira, solo vine a decirte que tenemos que quedar para el trabajo de Biología - digo ignorando su amenaza-

- ¿Me ves cara de que vaya a hacerlo?

- Sé que a ti te da igual todo, pero a mi no. Y de ese trabajo depende mi nota. Y el profesor exige que lo hagamos juntos. Así que tu veras- le digo encogiéndome de hombros y cruzándome de brazos a la vez-

- No lo pienso hacer, Jiménez.

- Pero…

- Si tanto te importa, hazlo todo tú solita, y ya- dice con tranquilidad- y si el viejo ese quiere ver que fue de los dos, eso es fácil, pones mi nombre al final y le haces creer que lo hicimos los dos. ¿Te parece?- me dice guiñándome el ojo-

- No estoy de acuerdo- digo cruzándome de brazos- no pienso dejar que te lleves un mérito que no te mereces- Justin suspira con fastidio-

- Esta bien, pececito. Tú ganas. - dice alzando las manos como rindiéndose-

- ¿A que hora quieres hacerlo?- le pregunto de forma ingenua pero que todos se la llevan a otro terrenos, al principio no lo comprendo, pero luego lo pillo. Piensan en sexo. Que asco dan. Justin sonríe pícaro-

- A la que tu quieras- dice y me guiña un ojo-

- ¿Te parece bien a las cinco?- le pregunto mirando a otro lado molesta, no estoy dispuesta a seguirle el juego-

- Ok. Iré a tu casa, nena- me susurra en el oído-

Cierro los ojos disfrutando de su cercanía, él se ríe supongo que de mi cara y se va con sus coleguitas dejándome allí con Lorena de la que me olvide por completo. Justin me volvería loca.

Lorena me mira con interrogación y después es como si se le hubiese encendido una bombillita.

- ¡Ay madre! ¿Te gusta Bieber?- me susurra con la intención de que nadie escuche, aunque ya no haya nadie cerca-

 - No- respondo con duda y me sonrojo-

- ¡Ave María purísima!- exclama de forma exagerada que me hace reír-

 - Sin pecado concebida- digo riendo-

 - No es gracioso- dice con una sonrisa-

 - Para mi si- le digo y le saco la lengua-

- Es que… vale que Justin sea de los más guapos del insti, bueno, entra en la lista de los diez más guapos en el numero tres pero…

- ¿Una lista de los diez más guapos?

- Si. Es una lista que se hizo hace poco- dice riendo- fuimos pasándola por todo el insti a todas las chicas.-

- Jo, ¿y como es que yo no vote?- pregunto haciendo pucheros-

- Pues porque ese día no viniste. Pero tranquila, yo vote por las dos- dice emocionada- el caso es que Bieber no te conviene. No sería bueno para ti, y te digo como amiga tuya que soy, no quiero, ya sabes… que salgas mal. - dice haciendo una mueca-

- Tranquila. Entre Justin y yo nunca pasará nada. - digo haciendo una mueca de disgusto. Y ahí esta el problema. En el fondo me gustaría que si pasase algo.
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Lo sieeento por puuuublicar tan taaarde!
Salí del insti a las 17:50, llegué a casa, merendé y a las 18:30 vino m tia a por mi para irnos a commmmprar Believe Acoustic!
Y he llegado a las 20:00 a casa offú.
Mientras escribía, estaba escuchando las canciones.... dios! su voz en acústico es tan dnjsinjiq *-* ya me entendeeeis!
En fin, ahora me voy a ceeenar, que tengo hambre ._.
Comentar mucho eh! ¬¬ hahaha
os quiero.




 

Cαριтυlσ Siєтє.


Pasan algunos días y he evitado a Justin todo lo que he podido. Le conté a Lorena lo que me paso con él aquel día y ella me aconsejo dos cosas: o hablar con él o hacer como si nada y pasar de él. Y he decidido hacer lo segundo. Aunque en realidad, casi ni me he esforzado, pues él casi no ha aparecido por clases, en toda la semana solo ha venido a dos o tres clases. A veces me pregunto como ha conseguido llegar a último curso de Bachiller.

Y lo poco que ha venido me ha ignorado, se ha dedicado a mirarme y después hacer como si no existiera. Eso me ha molestado. ¿Por qué esa actitud? Es como si no recordara que paso toda la tarde conmigo, o que defendió a Marta y a mi de su amigo Roberto, o que me ha besado ya tres veces. Joder, si es que llevo hasta la cuenta. Puto Justin y sus besos.
- Hola- le saludo cuando aparece por clase, ya ha pasado más de una semana de lo sucedido, pero quiero saber… no se lo que quiero saber.-

- ¿Qué quieres?- me pregunta cortante-

 - No hace falta que seas borde. Solo te he saludado

- Tienes toda la semana viéndome, ¿y ahora te dan ganas de saludarme?- bufa-

- Bueno…

- Mira Jiménez, no tengo ánimo para tus gilipolleces ¿vale?

 - Bueno eh, solo te he saludado. Conmigo no pagues tu rabia

- Pues si no quieres que la pague contigo, no me jodas. No me hables ¿entiendes?

- ¿Sabes que? Vete a la mierda- le grito llamando la atención de todos los de clase. Se me había olvidado que están allí.-

- Mira niña, vas a ir a mandar a la mierda a quien yo te diga- me grita levantándose de la silla-

- Que te den- le susurro cerca de la cara, rozando nuestras narices y salgo corriendo de allí-

Me encierro en el baño. Mira que seré cobarde. ¿Por qué diablos salgo corriendo? Tendría que haberme quedado, pero sé que iba a salir mal y me pondría a llorar allí mismo. Las manos me temblaban, no es la primera vez que discuto con alguien, pero que Justin me haya gritado así me ha puesto muy nerviosa.

 -¿Estas bien, _______?- me pregunta Lorena entrando al baño-

 - Si, Justin es idiota- digo y suelto un bufido-

- ¿Por qué habéis discutido?

- No sé, se enfado conmigo y me hablo mal, no me aguante y… así terminamos

 - Bah, no le des importancia a Justin, ya sabes como es.

- No, en realidad no lo se. Pero me da igual. No merece la pena- digo decidida- vámonos a clase- Y salgo del baño con la cabeza bien en alto.-

Dos semanas después, sigo sin dirigirme la palabra con Justin. Él me ignora y yo a él. Después de la pequeña discusión nos repelemos totalmente.

La clase esta en suspense continuo porque espera problemas entre nosotros, a fin de cuentas, nos toca juntos en clases y entre otras cosas. El profesor de Biología nos nombra, esperando que le entreguemos el trabajo que tendríamos que tener hecho.
- Yo solo tengo mi parte, profe.- le explico cuando me dice que faltan cosas-

- ¿Cómo? ¿es que acaso no han hecho el trabajo juntos?

 - No. Nos hemos dividido el trabajo y yo cumplo con entregarle lo que me tocó.

- Pues fíjese que no me vale. El trabajo lo hacen juntos y me entregan todo. Si no, esperen su suspenso.

- Pero…

- No quiero peros Jiménez, así que lo habla con su compañero.

Me vuelvo a mi sitio con el trabajo en las manos. Estoy cabreada. Y para el colmo el idiota este no viene.

 Siempre esta a la hora de irnos en el pequeño parque cerca del instituto. Pues me va a escuchar.
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Bueno, pues, sé que he subido un poco tarde, pero tenia deberes y que estudiar, mataaaarme si quereeeis, yo os dejo! se que el capitulo es una mierda, losé y lo sieeento!
no tenia inspiración, lo prometo, lo único que me salió fue eso ._.
Otra cosa mas, el domingo haré maratón! *aplausos y gritos* ocno ._.
Un beso a todas, os quiero.




 


 
.

 

Cαριтυlσ Sєιѕ.


Me separo de él sin quererlo en realidad, él me mira confuso, supongo que no entiende cómo soy tan estúpida de parar aquel fantástico beso. Solo me quedo mirándolo a los ojos, realmente no me salen las palabras, ¿Qué tendría que decirle? Suspiro profundamente y veo de reojo como él sonríe. Y vuelve a besarme. Joder, sus labios son matadores.

- Tranquila, no pasa nada ¿o si? - me dice cuando doy un paso atrás queriendo separarme.-

- No se- murmuro sobre su boca, siento como sus labios se estiran con una sonrisa- tengo la sensación de que te estas burlando de mi- le digo y me separo de él bruscamente- no soy estúpida, Justin.-

- No me estoy burlando de ti. Solo quería besarte- dice encogiéndose de hombros- y sé que tu también lo querías, sino, no me hubieses correspondido.-

- Te lo tienes todo muy creído- le digo sonriendo-

 - Como se nota que no me conoces- dice negando con la cabeza-

- ¿Y quieres que te conozca?- le pregunto acercándome un paso a él.-

- ¿Quieres hacerlo?- me pregunta después de un rato-

- Primero respóndeme tu a mi- le digo como una niña-

- ¿Sabes que? Mejor déjalo- dice y se sube a su moto, yo le tomo del brazo para que me mire y sin pensarlo le susurro:

 - Si. Quiero hacerlo.

No se de donde me salió aquello. Pero ya lo he dicho. ¿es que de verdad quiero conocerle? Si ya sé todo lo que tengo que saber: esta buenísimo. Y no me conviene. Pero esa sonrisa… ¡como para no babear por él!

Me ofrece el casco que le sobra y sin pensarlo mucho me lo pongo, subo detrás en su moto y dejo que me lleve a donde quiera. No quiero ser racional. No quiero pensar que estoy justamente con él.
Cuando detiene la moto, ya ha oscurecido, miro la hora, en realidad son solo las seis de la tarde, pero con este bendito invierno parecen las diez.

 Miro a mi alrededor. Pero, ¿Qué hago yo aquí? No tardo mucho en darme cuenta que aquello es un botellón. Solo he estado en uno, y ya se que es raro teniendo diecisiete años, pero es algo que nunca me ha atraído de verdad, menos después de la mala experiencia que tuve en el único que he ido. Las pocas veces que he estado borracha, ha sido haciendo el tonto con Lorena y las demás. Y en casa aprovechando que no estaban sus padres.
El ambiente huele a Marihuana, y me ahorro el decir como sé como huele, también hay tabaco normal, cachimba, con a saber que cosa le echaran ya que la gente que fuma no para de reír al instante y cerveza y vodka por todos lados.


- ¿No se te ha ocurrido mejor sitio para traerme?- le pregunto-

- Has dicho que querías conocerme. Pues prepárate. - me susurra y se que es con la intención de asustarme-

 - Estoy preparada- le respondo segura-

Justin sonríe y saluda a unos amigos, coge dos vasos que le ofrecen, una para él y otro para mi. Dudo un segundo en cogerlo, ¿debería? Antes de tomarlo recuerdo lo que me dice siempre mi padre “nunca cojas nada que te den en una fiesta. Hay veces que es mejor ni fiarse de los amigos. Hay mucha maldad en esos sitios, créeme” . Pero cuando estoy a punto de rechazar el vaso veo como Justin se ha terminado el suyo y no le ha pasado nada, me mira con interrogación y se lo que esta pensando.


Me tomo todo de un trago. Reprimo un gritito que quiere salir de mi garganta. ¿Qué coño es eso? Es demasiado fuerte.

 Cuando miro a Justin él se esta burlando de mí, tengo los ojos llorosos por el trago. Niega con la cabeza. No me ha funcionado. Pues piensa que soy una niñita.

- No intentes demostrarme nada, si esto no te gusta, puedes pedirme que te lleve a casa- me susurra.-


Ya tengo unas dos horas, siete minutos y dos segundos aquí. Y si, lo estoy contando porque no se me ocurre nada mejor que hacer. Creo que nunca en mi vida me he aburrido tanto como ahora. O mejor dicho: nunca he estado tan jodidamente incómoda en un lugar. Simplemente, no es mi ambiente.


Justin me ha dejado sola la mayor parte del tiempo, si a eso se refiere cuando dice que le conocería ¡pues ya ves tu! Si casi ni le he visto, más que de lejos fumando encantado de la vida la asquerosa maría. Al menos, casi no ha bebido, así que no esta borracho. Pero tengo mis dudas sobre si esta drogado.

Lo miro. Al fin el chico se acuerda de que existo. El parece serio o más bien molesto por algo. O por alguien. Pero poco y nada debería de importarme. Aunque muy bien lo he dicho, debería, que no significa que no me importe.


- ¿Qué te pasa?- le pregunto suavemente-

 - Nada. Solo te digo que ya esta claro que esto no te gusta, que dejes de hacerte la valiente y de fingir que te lo pasas bien.

- Bueno… no esta mal, es solo que no conozco a nadie

- Venga ya, pececito- dice riendo- ¿a cuantos tíos has rechazado ya? Si no conoces a nadie, es porque no has dejado que nadie se te acerque mucho. Las pocas chicas que no son unas zorras aquí, también se te han acercado.

- Bueno es que no estoy acostumbrada a esto ¿vale?- le digo molesta. Pero pienso un momento y sonrió- si sabes todo eso es porque has estado pendiente de mi- le digo con esa voz aniñada que sale cuando menos quiero-

- No te hagas ilusiones, ¿si? Te llevaras un chasco después- me dice borde.-

- Yo no me estoy haciendo ilusiones con nada.

- Ya, claro. Voy a hacer como que me lo creo- dice siguiéndome la corriente-


Cuando estoy a punto de replicar mi móvil comienza a sonar. Me apresuro a cogerlo, hay gente a mi alrededor que se queda mirándome y eso es algo que siempre me ha puesto nerviosa. Me alejo un poco seguida por Justin y respondo.
- ¿Si?
- ______ ¿Dónde estas? Pensé que ibas a casa de Marta a saber porque ha faltado a clases y volverías para casa.

- Si mama- me interrumpo porque escucho un bufido burlón de Justin y lo fulmino con la mirada- pero es que… me surgió algo

- ¿Algo de qué? Estamos a mitad de semana, todavía no es tiempo de quedarte por ahí hasta tarde y menos sin yo saber donde o con quien.

 - Mama, por favor - le suplico entre dientes, mi madre habla casi a gritos y Justin esta escuchando todo-

- Bueno, esta bien, vale. Pero vente para casa ya, que tienes que cenar y hacer los deberes. Adiós. Te quiero beba

- Ya, chao. Yo también. - y colgamos-

Miro a Justin avergonzada, él intenta ocultar su risa, se que se quiere reír de mi en mi cara. Pero, por alguna razón, se aguanta las ganas.

 Adoro a mi madre. Ya he dicho que tenemos buena relación. Pero a veces me estresa. Y no pueden faltar esos momentos en los que te avergüenza delante de quien menos quieres.


- Venga beba- dice burlándose del apodo que me ha puesto mi madre- vamos a llevarte a casa para que tu mami no se preocupe más- dice la palabra mami de forma burlona y entonces hace lo que ha deseado desde hace un rato. Se ríe de mi.







 

Cαριтυlσ Cincσ.


¡Y estoy viva! Justin conduce como un loco pero, tengo que reconocer que fue un subidon de adrenalina increíble, sinceramente, me encantó. Y no me importaría repetir cualquier otro día, con él, porque en otra moto con otra persona, no tendría la misma sensación de peligro pero a la vez de seguridad que tuve junto a él.

 Ambos, lógicamente, llegamos justitos de tiempo a clase, unos ...segundos antes de que entrase el profesor, que fue directo al grano y comenzó a repartir exámenes, nos separó (ya que estamos sentados por parejas, yo, con Justin en absolutamente en todas las clases) y empezamos con el examen, al menos la mayoría y yo, os puedo asegurar que Justin no hizo nada. Bueno, poner su nombre.

                                                         ***
Ahora estoy sentada en el patio, es hora del recreo y devoro mi bocadillo de tortilla, estoy con las chicas, que no paran de criticar a todas la que pasan. Normalmente, si no conseguimos salirnos del colegio a esa hora(esta prohibido, incluso para nosotras, de último curso de Bachiller y con los dieciocho al caer) ya que en realidad no podemos, y es que el año pasado atropellaron a un alumno de último curso en frente del colegio, este año, se quieren evitar problemas. Nos quedamos dentro haciendo el tonto o sentadas en la poca zona de césped que hay mirando a todo el que pasa y criticando, sin maldad, cualquier fricada que le notemos.

- Mira, por hay va Justin- dice Lorena, susurrándome, pero no lo suficientemente bajo como para que no lo escuchen las demás-

- ¿Qué murmuran, eh? Dejen los secretitos, ¡o nos enteramos todas o ninguna!- dice Mónica, que es la más chismosa y la que todo quiere saber-

- Si, ¿Qué pasa?- pregunta Niki, la italiana que llego este año pero que ya esta integrada entre nosotras, es un poco molesta, aparte de la más guapa, pues ya ha estado con más de uno del instituto.-

- No pasa nada- digo mirando a otro lado- ¿sabéis algo de Marta? Ya es miércoles y todavía no aparece por aquí

- No se, ayer la llame y esta mañana le hable por el whatsapp, pero no responde- dice Mónica encogiéndose de hombros-

 - Que raro- dice Lorena pensativa- la semana pasada se comportaba raro, deberíamos ir a su casa, quizás este enferma

- Yo no puedo, tengo que estudiar para un examen de Literatura- dice Mónica-
 
- Yo tampoco, he quedado con un amigo italiano que hace mucho no veo- dice con su acento italiano y una sonrisa pícara Niki, yo solo niego con la cabeza-

- Pues vamos tu y yo, Lore- la miro y ella hace una mueca- ¿ o tampoco puedes?- pregunto algo molesta-

- No, es que me voy de compras con mi mama, te dije que ahora tiene una tarjeta de esas y me va a llevar a comprar algunas cosas, creo que se siente culpable por como se porto el otro día conmigo, y ahora me hace la pelota- dice orgullosa-

- Pues genial, iré yo sola, ya que ninguna puede-digo algo molesta, vaya amigas.-
 
                                                          ***
Después de haber comido sola con mi madre, mi padre seguía en la calle buscando trabajo, salí de casa tranquilamente. Es temprano, recién las cuatro y media, a esta hora normalmente Marta estará en su casa viendo Friends, su serie favorita.
 
 Cuando llego a su portal toco al tercero A, pero nadie me atiende, espero un rato y nada. Vuelvo y toco. Nada. Y otra vez. Y habla su madre:


- ¿Si?

- Hola, ¿esta Marta?- pregunto poniendo la voz más dulce que me sale, aunque no lo puedo evitar, me sale esa voz dulzona cuando hablo con una persona más mayor que yo o que no conozco-

- ¿Eres ______ ?- pregunta dudando de si es mi voz-

- Si, señora, ¿esta?

- No, ¿es que no la viste hoy en clase?

- ¿Cómo?
 
- ¡¿Acaso no fue Marta al colegio?!- me dice enfadada-

- Eem… no, o sea, fui yo la que falte- digo rápidamente- por eso vengo a buscarla, para que me diera los apuntes ya que no me cogía el teléfono y eso

 - Pero, ¿vais a la misma clase?
Joder. Soy tonta. Se me olvida que ella sabe con todo detalle a la clase que va, cuales son sus profesores y a la perfección quienes son sus compañeros.
 
 Es de esas típicas madres que se meten en todo, que quieren opinar hasta de las bragas que llevas puesta y exigen a sus hijos que le digan absolutamente todo. Así que ya os podréis imaginar, lo mal que se llevan ella y Marta.

- Bueno yo… si, es cierto, pero casi damos lo mismo, al menos en Biología, como tenemos la misma profesora

 - Ah, bueno- dice no muy convencida- pues ella no esta

- Vale- respondo rápidamente.-


Pues ya se donde esta Marta. De hecho, la estoy viendo ahora mismo, esta sentada en un banco llorando mientras un chico le grita. Su cara me suena, ¡como no! Es Roberto, un amigo de Justin, así que ya os podéis imaginar sus pintas.
 
 Me acerco enfadada. Odio ver a mis amigas llorar y más si es por un gilipollas como ese.
 
 Roberto la coge de la mano haciendo que ella se queje y yo corro para ayudarla.

- ¿Qué te pasa?- le grito- suéltala- le grito intentando que la suelte-

 - Tu no te metas- me grita-

- Vamos Roberto, suéltame joder, me estas haciendo daño

- ¡No me da la gana! Tu no me vas a dejar ¿entiendes? ¡esto acaba cuando yo diga!


Así que es eso. Marta por fin se ha decidido a dejarle, pero el muy idiota no quiere dejarla.
 
 ¿Cuándo el diga? ¡pero si lo único que ha hecho es ponerle los cuernos con cuanta zorra ha podido!.
 
 Yo intento ponerme en medio de los dos y empiezo a gritarle que la suelte. Me importa una mierda si la gente que pasa nos mira.

 Lo peor de todo es que nadie parece dispuesto a intervenir, aunque no les culpo, en el parque solo hay personas mayores, de la tercera edad.
 
 Marta comienza a llorar más fuerte y entre las dos le gritamos a él y le insultamos, pero él, esta decidido a no soltarla.
 
Me pega un empujón que me tira al suelo, yo me quejo y enseguida se vienen las lagrimas a los ojos. Joder, no, ahora no es el momento de lloriquear.
 
 Entonces unos fuertes brazos me cogen por la cintura y me levantan.


- ¡¿Qué coño te pasa, Roberto?!- le grita una voz masculina, me doy la vuelta y no me puedo creer que sea él.


Justin todavía tiene sus manos en mi cintura, mira a Roberto cabreado, nunca antes lo había visto tan enfadado.
- No te metas, Justin

- ¡Claro que me meto! Te estas comportando como un maltratador, ¿Qué demonios te pasa? ¡y suéltala ya!- le grita-


Roberto parece ignorarlo, Justin se acerca a él y de un empujón le separa de Marta que corre a mi lado y me abraza.
 
 Roberto se levanta del suelo y mira incrédulo a Justin, que con la mirada ya le dice todo lo que es capaz de hacerle cuando se le ocurra enfrentarlo.

- Pensé que eras mi amigo- le susurra-

- Y yo pensé que tenías algo más de cabeza

- Te vas a arrepentir, ¡os vais a arrepentir los tres!- nos grito amenazándonos uno a uno y mirándonos con odio-

 - Vete, Roberto, estas drogado y no sabes lo que dices- le dice suavemente Justin-
 
Y ahí caí en la cuenta, de que sí, esta drogado. Sus ojos se muestran rojos, inyectados en sangre y su forma de comportarse, aunque no sea un caballero ni un buen chico, tampoco es un maltratador de mujeres.
 
 Se fue caminando un poco de lado, y le perdimos de vista cuando cruzó la calle.

- Gracias Justin- dice Marta tímidamente- de verdad, si no es porque llegas…

- No fue nada- dice él quitándole importancia-

- Joder, nunca pensé que Roberto… fuera tan agresivo

- Perdónalo, esta completamente drogado, cuando se mete tanta mierda actúa como un gilipollas, no esta bien.

 - Ya, bueno, lo que sea… yo no lo quiero cerca de mi- dice ella- ¿estas bien ______ ? ¿Qué haces aquí?

- Vine a verte, pensé que estabas enferma, pues no aparecías por el colegio

 - Lo se, me deje llevar por el idiota este- dice y se da cuenta que Justin sigue ahí- perdona, se que es tu amigo.

- Tranquila, no me ofende. Yo me voy. Adiós- dice hiendo en dirección a su moto, que la tenía aparcada del otro lado de la calle.
 
No se porque, me entraron unas fuertes ganas de ir tras de él, de subirme en su moto y que me lleve lejos, donde quisiera.
 
Me despido rápido de Marta y le digo que luego hablamos, voy corriendo hasta donde Justin y freno cuando estoy cerca, casi lanzándome encima suya.

- Hey, de nada- dice sonriéndome refiriéndose a lo de Roberto-

 - Perdona- digo sonrojada-

- ¿Qué quieres?- me pregunta de repente cambiando de actitud-

- Nada, solo… bueno yo- tartamudeo y miro su alucinante moto-

- ¿Quieres dar una vuelta, eh?


Yo agacho la cabeza algo avergonzada, Justin me toma por el mentón y hace lo que más deseo y me gusta. Me besa.
 
 
 


 

 


 
 
 
 
 
 
 
 

 

Cαριтυlσ Cυαтяσ.



Lorena me mira boquiabierta, no se cree lo que le cuento, se piensa que es un sueño de esos que sientes reales. Pero no. Justin Bieber, el bombón del instituto(aunque, no es el único, porque hay cada cual…) me beso en el almacén de deporte.



- Que si Lore, joder, ¿yo porque me inventaría algo así?- le pregunto ya algo irritada-

- Vale, pero es que ¡es muy fuerte!- grita de repente- tíaaa- dice alargando la a- que es Justin, ¿crees que le molas?

- No, solo lo hizo para molestarme- dice cruzándome de brazos-

- No lo entiendo, ese chico es gilipollas, esta bueno sí, pero es idiota. - y hace una pequeña pausa, me mira a los ojos con picardía y ya me imagino lo que dirá- ¿te gustó?- me pregunta enarcando una ceja pícara, yo la fulmino con la mirada-

- No estuvo mal- suelto de repente y hago una pausa antes de mirarla de la forma pícara que ella a mí- fue buenísimo- y las dos comenzamos a reír de forma exagerada-


Ella se tiró en mi cama un rato después, mientras yo repaso los ejercicios, pues mañana tendré un examen de matemáticas y ella ha venido, supuestamente, para “ayudarme” a repasar, aunque fuese difícil de creer viéndola, es una genio en matemáticas.

Lorena es mi mejor amiga desde la guardería, siempre hemos ido juntas aquí y allá, nos defendemos la una a la otra, y siempre vamos haciendo el tonto por ahí, sobre todo cuando estamos pedo. Y siempre nos lo contamos todo, hasta lo vergonzoso. Incluso como fue, sin saltarnos ni medio detalle, nuestra primera vez con un chico. La de ambas, fue un completo desastre. Ella, al menos tuvo la suerte de ser con un chico con experiencia, pero que fue un tanto brusco. Sin embargo, yo estuve con uno que no había pasado de hacerse unas pajas en su casa viendo porno. Patético.


- Ya terminé- digo una hora después, me doy media vuelta para verla y esta completamente dormida, casi se le sale baba en mi almohada.-


Me levanto y despacio, me le tiro encima gritando como una loca “no te duermas” ella se levanta espantada y desorientada con tanta fuerza que me tira al suelo, y empieza a reírse de mí.


-Cabrona- le insulto-

- Ay tonta, ¿Quién te manda?- dice riendo aún, yo sonrío y me levanto-


Mas tarde, después de hacer un poco más el tonto, se va a casa después de cenar conmigo tirada en la cama de mi habitación, una de las pocas veces que mi madre me deja comer ahí, porque ella dice que ese olor de la comida se pega en la habitación y es asqueroso. Estoy de acuerdo, pero ¿para que existen las ventanas? Se abren y ya.


- _______, duérmete ya, deja de estudiar.

 - Mama, tengo que sacar una buena nota en este examen, lo sabes- le digo con fastidio-

 - Bueno, pero tienes que descansar, en media hora apaga y a la cama- me dice y se marcha-

¿Qué padres te piden que dejes de estudiar? Solo los míos, además, en realidad no es tan tarde, son solo las doce de la noche.

 Un rato después el sueño empieza a vencerme y me voy a la cama.

                                                        ***

Y a lo mismo de siempre, con prisas, apenas voy tomándome el zumo por el camino, joder y encima tengo el examen ahora, a primera hora.

 Miro la hora en el móvil que lo llevo en la mano escuchando música, no puedo andar sin música cuando voy sola, me desespera y se me hace el camino más largo.

 Ya solo faltan cinco minutos para las ocho y hasta dentro de veinte no llego, ¡como me pude quedar tan jodidamente dormida! Y mira, que un día cualquiera no me importaría y más teniendo matemáticas. Pero este puto examen es importante, de él depende mi evaluación.

 De repente una moto se me cruza en el camino, yo doy un paso atrás y un pequeño grito de pija se me sale, miro a mi alrededor avergonzada, pues hay quien me mira. Me pregunto que coño le pasa a la gente que cada día conduce peor.

Pero resulta que no es ningún accidente. Es Justin. Se ha quitado el casco y me mira con diversión, lo miro mejor, ¿desde cuando tiene moto? Intento situarlo alguna vez con una moto a la salida o a la llegada del instituto, y a menos de que la dejará en un sitio alejado del colegio, él no tenía moto.
- ¿Por qué tanta prisa?

- ¿Tu que crees? Tenemos examen de mates- le digo-


Sigo caminando a toda prisa, mientras él me sigue, cosa que me pone nerviosa. Le tengo vergüenza desde lo que sucedió ayer y me da corte mirarlo directo a los ojos. O simplemente mirarle.


- Si quieres te llevo- se ofrece, me detengo un momento y le miro, ¿desde cuando tanta amabilidad?-

 - No, gracias.- le respondo-


Después de mirar su moto, ¿subirme con él? Ni loca. Tiene pinta de conducir con agresividad y paso de llegar temblando al colegio.

 Sigo caminando con prisa, ¿es que no se da cuenta que va por la acera y estorba? Se supone que es para las personas, no para él y su recién adquirida moto.

- Venga, te falta un buen pedazo para llegar al Tuto, y, si tan importante es para ti el examen del Gómez, deberías dejar que te llevara

- ¿Por qué tanto interés en llevarme? Es más, ¿desde cuando me hablas así?

- ¿Así como?- pregunta haciéndose el tonto, yo solo le miro y él ríe a medias- vale, te trato mal, pero no es personal. Hoy… me siento amable, quiero hacer como quien dice, una buena obra.

- Oh vaya, ¿Qué conoces lo que es eso?- le digo sarcástica, pero me arrepiento al segundo. Últimamente estoy jugando con fuego, Justin no tiene tanta paciencia y no es muy difícil que me pegue un hostia cuando se canse de mi-

- Que graciosa saliste pececito- dice riendo irónico-

- ¡Que no me digas pececito!- grito en medio de la calle, haciendo que algunas personas se detuvieran y nos miraran de forma rara, Justin simplemente me miro y yo, avergonzada a más no poder, intente ocultarme las mejillas con la bufanda y el pelo- déjame ¿vale?- Dije y seguí caminando-

- ¿Sabes? Ya son las ocho y dos minutos para ser exactos- dice un rato después, cuando yo pensé que incluso ya se había ido-

- ¿Qué?- grito y compruebo la hora en mi móvil- mierda, ¿ves lo que provocas?- le grito y le empujo-


El me toma por la muñeca con fuerza. ¿Qué coño he hecho? Se acabo, estoy muerta. He acabado con su paciencia.

 Me pongo nerviosa y estoy casi segura de que mis temblores se notaban por la forma que él me miraba, intente soltarme, pero no pude. No tengo ni pizca de fuerza comparada con él. Vaya mierda, con eso de que los chicos son más fuertes. Al final, va a ser verdad.

- Deja el show, yo no tengo la culpa de que te hayas quedado dormida, que fue seguramente lo que paso. Me he ofrecido amablemente para llevarte y ¿me lo pagas así? ¿queriendo pegarme?- pregunta haciendo una pausa, me suelta y me grita- anda y que te den- yo le miro sorprendida-

- Lo siento, tienes razón, perdona- digo avergonzada, ¿eso salía de mi?

 - Esta bien- dice adoptando de nuevo su actitud chulesca-

- Me.. Me bueno tu…

- Anda, sube- me dice pasando el casco.-

Yo le miro sorprendida, no me ha hecho falta decirlo, mejor, porque me da un corte tremendo.

 Cojo el casco que me ofrece y me lo pongo como puedo, él ríe negando con la cabeza, como diciendo “que fracaso de chica” y me lo pone bien.

 Sus manos acariciaron por una milésima de segundos mis mejillas y fue como una descarga eléctrica que hace que casi tiemble del gusto.

 Me subo a su moto con torpeza y me pego todo lo que puedo a él, compruebo que huele bien. Al menos el chico es limpio. Él me toma las manos y me las entrelazada rodeando su cintura.


Y por último, juraría que me acaricia los dedos suavemente, por unos segundos, luego, es como si se hubiera dado cuenta de lo que hace y le quemase porque aparta su mano bruscamente. Y arranca a toda velocidad.

 Tengo la certeza de que llegaré a ese examen. Si no es que muero por el camino.








 


¿Que es eso? Ah, si, tu sonrísa.

Te veo de lejos, estás sentada en un banco con la cabeza gacha, ¿que te pasa? Me acerco a tí y apoyo mi mano derecha en tu hombro. Me miras confundida y yo te muestro mi sonrisa y me siento a tu lado agarrandote fuertemente de la mano.

- ¿Que ocurre?.-Te pregunto preocupada.-

 Me miras, veo que tus ojos están algo enrojecidos, has estado llorando y se nota bastante.

 Abres un poco tu boca, dejando ver unos dientes protegidos por un aparato. La cierras para que nadie la vea y te miro.

 - Tu sonrisa es hermosa.-Te halago.-

-No lo es, ¿vistes mi aparato?.-Señalas tus dientes.-

 Asiento con la cabeza y me pongo frente a ti, me miras con el ceño fruncido y yo te sonrio.

- No dejes de sonreir por esto, eres hermosa, tú sonrisa es hermosa ¿porque la escondes? ¿sabes que esto no significa nada? deja de tener los dientes apretados, suéltate y rie como si no hubiera mañana, todos se quedarán atónitos al ver tu hermosa sonrisa pequeña, sonríe porque vale la pena hacerlo.

 Y dicho todo esto, corres a darme un abrazo y veo tus labios curvándose, creando así, una de las mejores sonrisas del mundo, asi que, nunca la borres de tu cara.

Cαριтυlσ Tяєѕ.


Me cruzo de brazos enfadada, esto es el colmo, ¡estoy haciendo el castigo yo sola! ¿Dónde esta Justin? ¿Qué se piensa ese capullo? ¿Qué voy a cargar yo con todo el trabajo? Como me cabrea que me quieran dejar a mí todo siempre, de pequeña también era la pringada que terminaba haciendo los trabajos grupales sola. Y me niego a que este me quiera tener por tonta.



El profesor de Educa, llega al despacho en el cual me dejo recogiendo unos papeles, venía regañando a Justin, que permanecía tranquilo aunque algo serio, en cuanto me vio, una sonrisa traviesa asomo por su cara, sin mostrar los dientes, como siempre. Yo mire a otro lado, su mirada es tan penetrante que me pone nerviosa.


- Muy bien, Jiménez- dice mirando a su alrededor todos los papeles que recogí-


- ¿Puedo irme?- le pregunte optimista y poniendo voz de niña buena-

- No bonita, por más carita y vocecita de angelito que pongas. - me dice mirándome burlón- id al almacén y recoged las pelotas, las que estén desinfladas las llenáis de aire, la bomba esta ahí también.
 
Nos fue explicando mientras íbamos de camino al pequeño almacén del instituto, allí estaban todo lo referido al deporte, es algo agobiante, sobre todo porque no hay ventanas y como se comprenderá, algo de mal olor hay.


- Vuelvo en diez minutos para ver como vais- dice y sale cerrando la puerta dejándome sola con él.-


Justin se apoya en una estantería de metal que se encuentra detrás de él y se queda mirándome todo el rato con la diversión marcada en la cara. Yo comienzo a recoger pelotas dándole la espalda intentando ocultar mi nerviosismo.


- ¿Qué pasa, pececito? ¿Te pongo nerviosa?- me pregunta acercándoseme, yo me di la vuelta sobresaltada y me doy cuenta de la cercanía entre nosotros-


- ¿Cómo me has llamado?- le pregunto a la defensiva-

- Pececito- dice riendo por mi expresión- pareces uno, que quieres que te diga- dice encogiéndose de hombros tranquilamente-

- ¡Yo no me parezco a un pez!- grito molesta-

- Calma, anda, no te enfades- dice levantando las manos como rindiéndose-

- ¿Qué es lo que tienes contra mi, eh?

- ¿Yo? Nada. Tu ni me vas ni me vienes- dice con indiferencia- pero pareces un pececito, hay veces que te quedas con la boca abierta en clase, absorta en a saber que cosas pensarás o como en educa, ¿te has visto después de correr? - dice y ríe- abres y cierras la boca como los peces. - dice e imita a los peces, o a mí, no lo tengo claro, miro a otro lado, intentando ocultar mi risa, porque lo quiera o no, es gracioso.-

- Así que te dedicas a observarme en clase- le digo para intentar ponerle nervioso, pero no lo consigo, más bien se relaja más-

- No te hagas ilusiones, pececito. Pero, a veces, resulta más interesante verte a ti que escuchar a los profesores

- Bueno… ¿seguimos?- digo repentinamente cambiando de tema y señalando las pelotas desinfladas del suelo-

 - Claro, sigue. - dice y se sienta en el suelo para verme-


Yo le miro enarcando una ceja, ¿aquello iba en serio? ¿de verdad piensa que me voy a encargar yo sola de organizar aquello? Encima, que yo ni debería estar allí, ya que organice los papeles del despacho. Me cruzo de brazos y dejo de recoger pelotas.


- ¿De que vas? El castigo es para los dos, ayúdame ¿no?

- Mmm, no me apetece, debería valerte con mi compañía.

- Uy si, gran compañía- digo con sarcasmo-

Justin se levanta de pronto del suelo, acercándose peligrosamente a mi, yo por mi propio bien doy un paso atrás y le miro algo temosa. ¡Si es que soy una bocazas! ¿Quién me manda a meterme con él?

Estamos solos aquí y sonríe con malicia y diversión, como si estuviera planeando algo travieso. Ahora me dará una hostia que me mandará a la China.


Pero no. Me besa.


Y lo hace de una forma que me deja pasmada, sin habla, nunca mejor dicho, ¿Cómo hablar con su lengua metida en mi boca? Estoy tan sorprendida que no hago nada, debería separarle de mí pero no reacciono y él me coge por la cintura acercándome a él, siento como explora mi boca, cada rincón de ella y entonces me relajo y sin quererlo (¡malditas hormonas!) comienzo a disfrutar del beso. Y dejo que nuestras lenguas jugueteen en una danza perfecta.

 Joder, si que lo es. Si que sabe besar. Siento que me voy a derretir en sus brazos.

Permanezco con los ojos abiertos y un gemido involuntario sale de mi boca, Justin abre los ojos y me mira, siento que sonríe por la forma que adoptan sus labios y se separa de mí, no sin antes morderme el labio inferior, reprimo las ganas de volver a gemir en su boca.

- Y hay estas de nuevo, con tu boquita abierta como un pececito.- dice y ríe-


Yo me quedo callada, no se que decir, Justin me da la espalda y comienza a inflar pelotas como si nada hubiera ocurrido. Yo decido actuar igual, no quiero que piense que me embobo como estúpida por su beso. Aunque creo que es algo agobio.


Pasa la media hora de recreo, en la que ninguno de los dos hablamos, cada uno por su lado en el almacén, siento su mirada de vez en cuando encima de mi pero intento no ponerme nerviosa y actuar como si nada. ¿Qué habrá significado ese beso? ¿debería preguntarle?


- Venga chicos, a clase- nos grita el profesor desde la puerta.-


Justin es el primero en salir, pero, vete a saber porque salí corriendo detrás de él y me enganche a su brazo, el se detiene y me mira como si estuviese mal de cabeza, como preguntándome ''¿Qué haces, niña?''.

- Justin yo…

- ¿Qué pasa pececito? ¿quieres saber que significó ese beso?- Me pregunta con indiferencia-

- Bueno es que… me sorprendió y… no se- digo encogiéndome de hombros nerviosa-

- Ay pececito, ¿es que nunca te han besado sin un porque detrás?

- ¿Cómo?- le pregunto sin entenderlo del todo, ¿me esta diciendo que ese beso no ha tenido ningún significado?-

 - Joder pececito, que ingenua eres- dice riendo y se va.-


Y aquí me quedo yo con cara de pringada. Vaya golpe. ¿me estaba empezando a hacer ilusiones por aquel beso o qué? Porque me ha sentado muy mal saber que para él fue un momento de diversión para después reírse de mí. Si es que lo dicho: soy patética.




 


NO QUIERO FANTASMAS.

Habeeer, si estas leyendo mi novela, comenta aunque sea un ''siguiente'' NO QUIERO FANTASMAS, si no comentas, la voy a dejar, porque como ya he dicho NO QUIERO FANTASMAS.

Cαριтυlσ Dσs.


Y aquí viene, la misma rutina de siempre. A veces me gustaría ser otra persona, al menos por un día. Pero es algo imposible. Hoy apenas es martes, (si, recién comienza la semana, ¿hay algo más desesperante?) y comienzo el día con Educación Física.

***
 Llego casi a la carrera, es tarde, al menos unos diez minutos y no quiero una bronca delante de la clase, porque, como me paso el año pasado, soy capaz de ponerme a llorar. Lo acepto. Soy una sensibleras que a la primera llora. Pero, ¿Qué le voy a hacer? Todavía recuerdo todo lo que se burlaron de mí algunos, me apodaron la llorona, pero, por suerte, al terminar el año y comenzar este, aquello esta olvidado.
- Lo siento- digo cuando llego junto al profesor algo cansada ya-


Este me mira de mala gana, creo que piensa que llego tarde apropósito, para ver si así me libro alguna vez de su clase, creo que por eso todavía no me ha echado, porque quiere joderme y no darme el gusto de librarme de aquella tortura. Sé que me tiene manía, todavía recuerdo el día en el que, nadie corría(y yo, por supuesto, no iba a ser la excepción) ¡y me echo la bronca a mi sola! Me quede flipando. Y si no es por un amigo que se acerca a defenderme y a decir que no era yo sola, me hubiera puesto a llorar. Y no miento, ya tenía los ojos cristalinos. Y también recuerdo la mirada burlona de Justin que me hacia gestos de llorona, al parecer él si recordaba lo sucedido el año anterior.


- ¡A correr, Jiménez!- me exclama-




Yo me acerco algo atontada a los demás que ya corren en circulo por todo el campo. Me uno a mis amigas y no abro la boca en ningún momento. Si hablo, me canso más rápido. Si me canso, tengo que ir urgentemente a por mi ventolín (si, para completar soy asmática) y si lo hago, el profesor me riñe por poca resistencia y como consecuencia, mis ojos se ponen cristalinos si no es que se me escapa una lagrima que va a su bola sin escuchar mis súplicas porque no salga.


El profesor nos llama unos seis minutos después, (y ojo, que ya estoy casi muerta) y nos hace tomarnos las pulsaciones, para después decírselo a él, cosa que él anota, no se porque, pero es problema suyo, yo, que nunca soy capaz de encontrarme el pulso no le digo mis pulsaciones y él con la mirada me lo dice todo.


Al minuto de estar haciendo estiramientos llega Justin. Como siempre, tarde, es más, hasta es sorprendente ver que nos ha honrado con su presencia a primera hora (nótese el sarcasmo) y viene serio, pero con una mirada llena de diversión y peligrosidad
.


- Vaya, aquí venimos cuando nos da la gana ¿no, Bieber?- le pregunta el profesor cruzándose de brazos, Justin se limita a encogerse de hombros-

 - Si quiere me voy- dice apunto de darse media vuelta-

- No, claro que no- dice negando con una sonrisa el profesor- no le voy a dar el gusto de librarse, como tampoco se lo doy a su compañera Jiménez- cuando ha dicho eso, todo el mundo me mira, yo miro a otro lado algo avergonzada-


El profesor nos manda a jugar a futbol, mientras se queda echándole la bronca a Justin por su chulería. Pero este no parece interesado, y la misma mirada traviesa y divertida con la que llegó permanece ahí. Lo se, porque no he podido evitar dejar de mirarle. Cuando el nota mi mirada, me mira y yo me hago la loca, al minuto después vuelvo a mirarlo. Y su mirada sigue fija en mi, provocándome unos sudores que no son normales.



 Y por fin, el timbre que indica el final de la hora suena, yo me dirijo a mi clase cuando el profesor me toma por el codo con fuerza haciéndome quejar. Me suelta y me mira de mala gana. Le grita a los demás que recojan todo y lo lleven al almacén y se queda allí, solo con nosotros. Pues, tengo a Nicholas justo al lado. Y tiene un olor mezclado. Hugo Boss… y Marihuana. No debería gustarme, pero, el olor al perfume sobre sale ante el olor a esa mierda de droga.


- No os vais a librar. ______ ¿crees que no me he dado cuenta que no has hecho nada en toda la hora?- ¡pero como que no! Si estoy asquerosamente sudada-


- Pero si yo…

- Ahórratelo- me corta el muy idiota- y tu Bieber, me tienes cansado, ¿Qué pasa contigo? ¿crees que es mejor quedarte por hay fumando que venir a clases?

- ¿Quiere que mienta o sea sincero?- le pregunta burlón-

- Hay veces que me dan ganas de darte un puñetazo, haber si así te das cuenta que estas tirando tu vida a la basura. - le dice entre dientes, yo le miro sorprendida, pues no esperana algo así, Justin da un paso adelantes con chulería y sonríe sarcástico-

- ¿Has escuchado, ______? Un profesor me acaba de amenazar- dice sonriendo con malicia y desafiándole con la mirada-

 - No quieras darle las vuelta a las cosas, Bieber. Sabes que lo digo por tu bien- le dice suavemente-

- ¡Y yo estoy harto de que aquí, todo el mundo se crea con derecho de opinar de mi vida!- grita molesto-

Yo doy un paso atrás y me pregunto que demonios hago allí, si ellos parecen no reparar en mi presencia. Es uno de esos momentos en lo que sientes que sobras. Comienzo a dar pasos cortos hacia atrás mientras ellos se miran desafiantes, casi parece que se conocen de fuera, de algo más que de una relación profesor-alumno.


- ______ y tu os quedaréis castigados. - al escuchar mi nombre me acerque de nuevo a ellos
- ¿Qué? ¿yo porque? ¡yo no he hecho nada!- pataleo como una niña pequeña, y recobro la compostura al instante, soy patética-

- Pues por eso mismo, guapita, no hacéis nada ninguno de los dos. Os quiero a la hora del recreo en el despacho de educación física. Y ni se os ocurra intentar saltaros el castigo- esto lo dice mirando atentamente a Justin- porque si no, será peor. Os lo aseguro.

 - Esta bien- digo yo entre dientes con rabia-

Me doy media vuelta y me marcho, ¡que injusta es la vida! ¿Qué no había hecho nada? ¡Anda y que le den! El día que le vea, haciendo lo que yo a las ocho de la mañana con frío, le tendré algo más de respeto. Mientras tanto, tengo pensando hacer incluso menos en su clase. Para que a la próxima, me castigue con razón. Y ahora… a intentar no derretirme cuando me quede a solas con Justin cumpliendo el castigo.


 




 




 

Cαριтυlσ Uиσ (segunda parte)




El resto de la hora pasa rápido, y hay que admitir que de manera mucho más amena desde que“el oveja negra” de clase(o del colegio, vete tu a saber) se fue.

 La campana suena y todo el mundo recoge sus cosas, yo lo hago sin prisas. Es hora de marcharme a casa y, sinceramente no tengo ganas. Pero es lo que me toca.

***



Me despido de mis amigas a la salida, ellas pueden quedarse más tiempo, tienen la suerte de que sus padres trabajan hasta tarde, por lo tanto pueden llegar a las nueve o diez a casa si les da la gana, que ellos no se enterarían que estuvieron fuera todas esas horas. Sin embargo, yo, no corro con la misma suerte. Y es que, desgraciadamente, mis padres están en paro.

Y si, es una verdadera putada. No es que antes me diera muchos caprichitos cuando lo tenían, pero ahora, hace más de dos meses que ni unas bragas me compro, si no cuento el sujetador del mes pasado donde los chinos. Y, aunque los chinos tengan mala fama en ropa, la verdad es que el sujetador, esta durando lo suyo, oye.


Llego a casa, y como es de esperar, ahí esta mi madre, sonriéndome y dándome la bienvenida. Ella se cree que soy idiota y que no me doy cuenta que estuvo llorando por la situación económica en la que estamos. Al menos, me queda el consuelo de saber que ella y mi padre, siguen unidos. Puedo presumir de que yo y mis “papis”(suena tan pijo, ¿a que si?) estamos unidos. Aunque, esta claro que hoy en día, ir presumiendo de algo así, teniendo diecisiete, es más bien considerado de pringada total. Y aunque lo niegue, me influye mucho lo que los demás piensen de mi. Y eso es otra gran mierda.

- Hola ______, ¿Cómo te fue hoy en el colegio?¿algo nuevo con tus compañeros?- si señores, todavía me preguntan eso en casa.-

- No mama, todo bien. ¿Qué hay para comer?- pregunto hambrienta-

- Lentejas- yo le pongo cara de asco y ella me mira de mala gana- es lo que hay, si quieres te las comes, si no, ahí las dejas- dice encogiéndose de hombros, siempre suelta ese dicho cuando no quiero lentejas, aunque tengo mis dudas referente a como se dice realmente, se podría decir que ella lo personalizó así.


Ella me la pone en la mesa, con un pedazo de pan al lado, respiro resignada. Ya ni siquiera vale la pena que patalee como cuando era niña, siempre me las termino comiendo igual. Me llevo la primera cuchara a la boca, tengo que admitir que esta muy buena.

 

Cαριтυlσ Uиσ.(Primera parte)

 
Justin deja caer su cabeza cerca de mí. Al lado de mi brazo, ruedo los ojos. Es tan estúpido. Y a la vez tan guapo. Niego con la cabeza, puede que sea sexy, y considerado uno de los más guapo del colegio. Pero no es más que un niñato más con ganas de llamar la atención. La gente como él, me da pena.


...
Lo empujé suavemente con el brazo, con miedo a su reacción, es todo un enojón y a la primera oportunidad, me habla como si yo fuera peor que una mierda. Y aún así, me vuelve loca, como al resto del colegio, esa mirada tan provocativa y esa pequeña sonrisa seductora sin terminar de mostrar los dientes que muy pocas veces asoma.


- ¿Qué coño pasa?- gruñe él levantando la cabeza y mirándome de mala manera-


 - Estamos en medio de la clase, eso pasa- le digo en voz baja-

- ¿Y?- pregunta él mirándome sin darle importancia - déjame en paz, niña- vuelve a dejarse caer en la mesa ignorando al profesor que comienza a llamarle-

- Bieber, usted no esta aquí para dormir- le reprocha el profesor, Justin levanta la cabeza con pereza y lo mira con cara de que me importa-

- Es inevitable no hacerlo, su clase es un verdadero coñazo. - le dice, yo le miro con pereza y niego con la cabeza, siempre esta con esa actitud tan chulesca, la clase murmura cosas, el profesor sabe que tiene que hacer algo para zanjar aquello y no quedar mal, pero hace lo que todos:

- Se va de mi clase ahora mismo, si tan poco le importan sus estudios, es fácil, deje el colegio. Pero a mí, no me venga a molestar, siempre es igual con usted, me tiene cansado-

- Y usted a mí con sus charlitas.

- Fuera de mi clase, me espera en dirección. - le dice molesto señalando la puerta-


Justin se levanta con pereza y me mira y aparece su media sonrisa de lado, siempre tan coqueta, yo miro a otro lado para que no vea mi sonrojo.

 Él ríe por lo bajo y se marcha tranquilamente, caminando de esa forma tan personal suya y que ya muchos en el colegio imitan.


Que cruz la mía. Y con ese chico me toca hacer el trabajo de Biología. Por desgracia, lo tengo en todas las materias, menos en las optativas, mientras yo doy Francés, él da Medidas de Atención Educativa, o lo que es lo mismo, MAE, una asignatura, por así llamarla, en la que no hacen absolutamente nada, salvo leer cualquier libro, fingir estudiar mientras en realidad estas con el móvil o, como en su caso, dedicarse a dormir sin importarle lo que diga su profesora.

 A veces me pregunto, que es lo que hace por la noches para tener que pasarse todo el día durmiendo. Pero, las veces que un profesor se atreve a preguntarle, él responde siempre lo mismo:


- No tiene que importarte, pero te daré el gusto… estaba haciendo ejercicio con una rubia, ya sabes- dice y guiña el ojo, los chicos de la clase sueltan carcajadas y algunas chicas ríen y otras, como yo, ruedan los ojos pensando lo idiota que es. Aunque, en el fondo, sé que están celosas por no haber sido ellas esas rubias. Lo se, porque es lo que siento yo a veces.


Y me odio por eso.

Prólogo.~Y así.. el tiburón se enamoró del pececito~ {Adaptada}




Cuenta la historia que nadie puede creer. El enorme tiburón del pececito se enamoró. Muchos se preguntaron, ¿Qué fue lo que vio en el él? Y es simple, es sencillo. Lo enamoró con su sencillez. Era tan hermoso y brillante, que incluso en el abismo oscuro mar, sobresalía por ser él. Oh, me equivoco, porque era una pececita. Tan hermosa, irresistible. Que, cuando el tiburón quería tenerla dentro, como una pececita más, pasó lo contrario: la primera y la última. Pero en su corazón.

Y no te equivoques. No es como la clásica historia de amor chico malo- chica buena.
Es mucho más que eso
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